This site shows Andrea Abalia’s artworks and projects, from staged photography, collage, painting to installation, as well as articles and books published on Art and Art Education with a gender perspective.
The slightly open door beckoned me to explore the other side, as if guided by an invisible rabbit. I followed my instinct, photographing my path through New York City. A simple yet profound question lingered: if fantasy exists in our minds, then the world must hide its magical side. I approached the city’s obscure side as a mirror of my subconscious, seeking answers to the questions that arose. An illuminated window, an empty engine room, a red bulb in a basement, a car parked at midnight, and a disturbing conversation in a train station all captured my attention. I aimed to capture the mystery behind the utopia of New York City.
La puerta estaba ligeramente abierta, y esperaba ver lo que había al otro lado. Como Alicia en el País de las Maravillas, seguí a un conejo invisible, explorando la ciudad de Nueva York a través de fotografías. Me rondaba la sospecha de que si la fantasía es inherente a nuestra mente, el mundo debe esconder un lado mágico. Quise adentrarme en el lado oscuro de la ciudad, como espejo de mi subconsciente. Una sensación de déjàvu me guiaba a fotografiar lugares que me resultaban extrañamente familiares, donde surgían más incertidumbres que respuestas. Capturé ventanas iluminadas, salas de máquinas vacías, bombillas rojas de sótanos, coches aparcados a medianoche e inquietantes conversaciones en estaciones de tren, revelando el misterio que se esconde tras la utopía de la Gran Manzana.
La puerta estaba ligeramente abierta, y esperaba ver lo que había al otro lado. Como Alicia en el País de las Maravillas, seguí a un conejo invisible, explorando la ciudad de Nueva York a través de fotografías. Me rondaba la sospecha de que si la fantasía es inherente a nuestra mente, el mundo debe esconder un lado mágico. Quise adentrarme en el lado oscuro de la ciudad, como espejo de mi subconsciente. Una sensación de déjàvu me guiaba a fotografiar lugares que me resultaban extrañamente familiares, donde surgían más incertidumbres que respuestas. Capturé ventanas iluminadas, salas de máquinas vacías, bombillas rojas de sótanos, coches aparcados a medianoche e inquietantes conversaciones en estaciones de tren, revelando el misterio que se esconde tras la utopía de la Gran Manzana.